Funesta noche

Funesta noche 
para los que arrastramos,
de la muerte, su sombra.
La eternidad es un inhóspito lugar,
efímeros riachuelos de sangre
y el tiempo masticándonos.
Sobre nuestros cuerpos
la maldita soledad a horcajadas,
cabalgándonos,
mientras una bandada de ecos mudos
nos sobrevuela,
monstruosos silencios,
cual gárgolas hambrientas
devorando nuestras almas muertas.

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