¿Dónde fueron los ángeles?
De rodillas contra el suelo
besando la gélida boca de una lápida,
con el corazón quebrado y la mirada lánguida,
¿Qué no murió hoy toda esperanza?
Asesinados los sueños
¿Qué nos queda?
tan sólo el silencio
y una negra plegaria.
Llega la decepción con sus alas hipócritas,
¡Ay su maquillaje perverso derritiéndose en su boca!
Llega y nos besa, viene despacio, de puntillas;
y devora el día, hora tras hora
torturándonos con sus tacones de aguja,
taladra la carne, el alma,
nos patea y después levanta su copa:
¡Salud!
Grita brindando airosa
y se bebe la tinta del poema,
y nos rompe la pluma
fornicando despiadada con nuestra ilusa musa.
¿Dónde fueron los ángeles?
Dónde, que ya no nos escuchan.

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