El amor, a veces, muere
Qué persistencia de tus labios
aferrándose a los míos
y no entiendes
que de cuando en cuando,
el amor se hace pedazos
Tus manos sujetan mi última luz
como quien agarra un pájaro
para que no huya por la ventana.
Hojas de otoño lloviendo
sobre nuestra lápida,
llueven como tus lágrimas
que caen golpeando mi cadáver...
moribundas memorias.
Y no entiendes,
sigues sin comprender,
que aunque duela, a veces,
el amor se acaba.
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