La muerte y el alma

Se amaban,
ella vestida de luto y noche
y él, despojado de piel,
ella, con su caminar seguro
y él, vagabundo sin camino.

Se amaban,
sin ayer, ni mañana,
se amaban,
a poquitos y a escondidas,
ocultos en un destino mudo,
anocheciéndose el uno al otro,
enlazados,
como la hiedra al árbol,
se amaban,
la muerte y el alma.

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