Echo de menos la vida

Echo de menos el aire
besando mi piel
con su tacto calmo.

Y me espanta
el golpear de la lluvia
en mi prisión de madera.

Echo de menos 
la luz del día,
el trinar de los pájaros
sin quebrarse bajo
el fúnebre tañer de las campanas.

Echo de menos la tierra
bajo mis pies, al caminar,
y no sobre mi cuerpo.

Echo de menos la vida
y respirar
y añoro todo aquello...
añoro no estar muerto.

Comentarios