Ojalá y ...

Me persigno ante tu ausencia
suplicándole al dios de los recuerdos,
que tu memoria no caiga
en el abisal hueco 
que se ha abierto en mi alma.

Ojalá y no te diluyeras nunca
cual gota extraviada de océano
en el desierto de mi pensamiento.

Ojalá y no te marchitaras
cual flor que se deja en la tumba
y que al igual que al muerto...
el tiempo olvida.

El tiempo y su galopar de horas
que llenas de ira golpean 
tus lejanos latidos.

Ojalá y...

mas llega la noche,
llega el silencio
para susurrarme
que ya vives 
en esa infinita oquedad
de mi corazón malherido,
allá en lo más profundo...
allá donde sólo existe el olvido.

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