Ahí están... los silencios

Ahí están los desdichados,
los que guardan tristes palabras
en sus bolsillos negros,
los que laten de lágrimas océanos
y exhalan aves
de mal agüero.

Ahí están,
como sombras lánguidas
enlutadas y siniestras,
esbozando su mueca perversa.

Ahí, a mi diestra,
aguardando sin prisa
para entrar en mi alma...

Ahí,
los silencios,
como estatuas gélidas,
tétricas, trágicas...
funestas.

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