Duerme, amado monstruo

Duerme, 
amado monstruo,
duerme, 
en ese ataúd de seda y caoba,
en tu cripta de eternos sueños ténebres.

Duerme, 
que no hay distancia suficiente
para quebrar lo que es inmortal.

Duerme que yo duermo,
mi amado vampiro,
al otro lado de tus sueños,
en esa lejanía casi inaccesible
donde las tinieblas hacen noche
y en su onírico abrazo
te beso, te pienso,
¡Te amo!

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