Gélida muerte
Mi alma en el espejo
y afuera...
cuervos con su graznido.
¡Gritad, gritad!
aves azabaches,
que tal vez alguien os escuche
y venga a rescatarme.
Gélida tumba,
ajada mortaja
¡Abrazadme!
antes de que la oscuridad
y el tétrico paso de la soledad
me traguen.
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