Los sueños, sueños son

Las palabras se las lleva el aire,
torbellino irreverente,
fauces sedientas de vacuas promesas...
por siempre, para siempre
y nunca jamás escrito con sangre.

El amor levita a dos palmos del infierno:
Niega, vampiro, niega.
¡Falacias, quimeras!
Ni luz en las tinieblas
ni sombras en el alba;
un beso te queda
cual telaraña ajada por el tiempo
en la más recóndita esquina
de tu fúnebre memoria.

Ilusión,
desilusión,
el vampiro sueña...
y los sueños,
sueños son.

Comentarios