Amor vampírico: Maldita distancia

Te extraño ¡Vampiro mío!
Y maldigo al reloj homicida y alevoso
que nos ofrendó distancias
sepultando nuestros pasos,
que se tragó nuestras eternidades,
una a una y sin piedad,
como si de segundos miserables se tratase.

Amar era tan fácil...
vampiro mío,
en cada sombra,
en cada noche,
en cada gota bermellón
que sinuosa resbalaba de nuestras comisuras
y quedaba apresada por nuestro beso ennieblado;
¡Amar era...!

¿Dónde estás, dónde?

Enjambre de nocturnidades
que se marchitan, una tras otra,
en el abismo del tiempo,
entre lagunas de sangre...
muerta, seca.

Comentarios

Maharet Reina Madre ha dicho que…
Repetidamente he dicho que tu escritura es maravillosamente oscura...Solo provocas emoción en mi...
Ingrid Vort ha dicho que…
Mis más sinceras disculpas por la tardanza, el tiempo...la vida...
Gracias siempre por estar ahí, tu escritura es igualmente maravillosa y oscura, cualquiera que te lea lo sabe, yo no podría construir, narrar, historias en la forma en que tu lo haces...reitero Maharet, que la admiración es mutua...