Cuando el silencio todo lo invade

Cuando la despiadada mano del silencio roza,
toca el alma y arrebata la palabra, 
un nudo hercúleo nos oprime la garganta 
y la devastación inexorable nos amarra 
como jaula que de espinas purulentas se nos clava, 
infectas dagas que deja fluir sus ríos mudos 
para llenar de soledad nuestros ángulos más profundos; 
así los ojos se nos quedan huecos, 
la boca muere entre las uñas asesinas del silente, 
la mirada jamás encuentra espejo 
y la voz herida de muerte solloza, 
gime plegarias en busca de piedad, 
lejana e inalcanzable conmiseración. 


Sin palabra 
el delirio acontece, fantasma feroz 
que enlutado, cínico y crápula 
nos muestra sus negros hilos de araña 
...cose las bocas que hablan 
con aguja oxidada. 


Sesga el rumor, 
tajo al murmullo 
que silente y agónico 
ahora, se desangra. 


Cierra las puertas, 
clausura ventanas y grietas; 
soterrados y sin esperanza clamamos 
pero el cielo nos ha olvidado, 
nada queda. 


Sin palabra 
el mundo deja de ser mundo, 
ya no hay brazos a los que aferrarnos 
ni sueños, ni quimeras, 
la putrefacción emite su olor nauseabundo 
nuestra voz devorada por gusanos, 
allá abajo, más abajo de la tierra.


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